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Domingo7

DETRÁS DEL ROSTRO

DETRÁS DEL ROSTRO

Karla Castañeda y Luis Téllez

Vocación de contar vivencias a través del cine

HUGO ÁVILA GÓMEZ

Todo empezó en una plática de Zacatecas a Guadalajara. “Imagino una mano tomando un corazón”, confió Karla. Luis ayudó con preguntas para activar la imaginación: ¿Y qué más? ¿Qué hace la mano? ¿De dónde saca el corazón? ¿Qué hace un corazón en una mano? ¿De quién es la mano? ¿De quién es el corazón? Con este diálogo nació Jacinta, cortometraje hecho en el Teul y que empieza a recorrer el mundo entero.

La actriz Ana Ofelia Murguía les dijo a Luis y a Karla, el día que aceptó hacer la voz de Jacinta: “Hago novelas por dinero; cine, por pasión”. Esta frase resume las limitaciones y la grandeza del cine mexicano. Quien se dedica a esta actividad sabe que más que un negocio, el cine es una vocación. Puede más el gusto por decir y expresar cosas personales, que el afán de ganar dinero. La producción de películas es una actividad que recibe muy poco impulso por parte del estado mexicano. Palabras de Karla: “Trabajas más por el gusto, que por el dinero. Además no les pagas lo que se merecen a quienes colaboran en la película”.

Karla y Luis forman un joven matrimonio que se dedica al cine. Ellos dos solos se encargan de levantar todos sus proyectos. Y no ha sido fácil. Sus empeños son en contra de la corriente, pero empiezan a ser recompensados y reconocidos. En el XXIII Festival Internacional de Cine en Guadalajara, su cortometraje Jacinta, recibió el premio Mayahuel, como el mejor cortometraje iberoamericano de animación. Misma distinción que les dio la Academia Jalisciense de Cine.

Luis tiene 12 de años metido en los cortos de monos animados. Ha participado en la realización de películas como Hasta los Huesos, El Héroe, Síndrome de línea blanca, De Raíz. Además ha hecho animación para comerciales de televisión.

Jacinta es el primer corto de Luis y Karla. Él, como productor, y ella, como directora. Dos años enteros, desde 2006 hasta 2008, dedicados exclusivamente a realizar esta película.

Karla comenta que se dedica al cortometraje de animación porque le gusta mucho el cine y le encanta dibujar. La animación permite juntar estas dos aficiones. Para hacer Jacinta pensó una historia, hizo los dibujos; y ella y Luis convirtieron los dibujos en monos, prepararon el escenario y luego les dieron vida con movimiento, luces, fotografía, video, música y voces. “No me imagino dirigiendo actores; estos monos no hablan, con ellos es más fácil tratar. El cortometraje de animación es un medio más íntimo”.

Esto que se dice fácil, es muy complicado. Requiere de muchas horas diarias de trabajo concentrado y creativo. Hacer Jacinta les llevó cerca de dos años, enteros. Mucho tiempo para que al final resultara una historia en cine de apenas nueve minutos. Quizás por eso algunas personas les dicen que mejor se pongan a trabajar, que pongan los pies en la tierra, que no es negocio, que es mucha pérdida de tiempo, que sean prácticos, que por qué mejor no se consiguen un empleo estable y seguro.

Y ellos responden haciendo cine. Poniendo empeño en una actividad donde es muy difícil conseguir apoyo económico y que requiere de mucha dedicación. Pero a gusto, porque pueden expresar lo que quieren, con toda libertad. El cine de animación les permite hacer historias fantásticas, unir los monos y la literatura, encontrar lo fantástico en lo cotidiano, lo maravilloso en lo común. Y no podía ser menos, Karla admira la escritura de Gabriel García Márquez (Cien años de Soledad), Jorge Amado (Gabriela Clavo y Canela, Doña Flor y sus dos maridos y Tocaia grande) y Ernesto Sábato (El túnel, Antes del fin). Luis tiene entre sus escritores favoritos a Burroughs, Bukowsky, Paz, Borges, Bataille. El realismo mágico de la literatura los ha llevado a crear, a encontrar la magia escondida en los pliegues de la vida real.

Para Karla y Luis hacer cine es muy emocionante porque les da el privilegio de integrar los dibujos con las ideas. En el cine de animación se puede dar vida a una historia contada a través de dibujos convertidos en monos. Y aquí caben muchas cosas que se quieren decir.

Karla y Luis hablan con la emoción del deber cumplido. “Nos vamos a morir algún día, pero Jacinta se va a quedar para siempre”. El arte es una forma de trascender, de hacer que el espíritu siga vivito y coleando cuando ya ni rastro haya del cuerpo.

A ellos les ha causado satisfacción la respuesta de la gente que ha visto la película; personas tanto de México como de otros países. Les han dicho que Jacinta es un poema, que les gustaron los personajes, que despertó vivencias y emociones, que les ha hecho pensar en cosas de la vida. La película le encantó a la productora de Ciudad de Dios. Y ya tienen invitaciones para exhibirla en Francia, Colombia, Brasil, Guatemala, Alemania. “Es padre que a la gente les hagas sentir algo con tu trabajo”, es una de las conclusiones a las que ha llegado Karla.

Los realizadores de Jacinta explican que también es muy emocionante cuando se está “vistiendo” el video. Después de año y medio de trabajar con dibujos, monos, maquetas y otros materiales, se vuelve normal el silencio de las primeras etapas de la película, donde todo es mudo. Por eso escuchar los primeros sonidos resulta una sorpresa, un choque luminoso. Es admirable ver como se empiezan a combinar las imágenes en movimiento con la música y las voces.

Hay una anécdota que llena de alegría a Karla y a Luis: necesitaban encontrar una voz para el personaje de Jacinta y pensaron en la reconocida actriz Ana Ofelia Murguía. Ella actualmente está trabajando en una telenovela de TV Azteca, y allá la fueron a ver. Le platicaron de la película y le mostraron el video. Inmediatamente les dijo que sí. “Pero no tenemos mucho dinero para pagarle”, se disculparon los creadores de Jacinta. Y la respuesta llegó contundente, humana, generosa: “Hago novelas por dinero; cine, por pasión”. Al día siguiente estaban grabando en los estudios de cine.

Para el gusto de varias personas, este corto tiene personajes raros. ¿Cómo que los ojos a un lado de la cabeza? Pues sí, así se los imaginaron Karla y Luis, lo mismo que se imaginan un montón de cosas increíbles. Cada quien tiene un diario personal, pero en lugar de ponerle palabras, lo hacen con dibujos creativos, bien hechos y originales. El arte es un medio de expresión de sentimientos y pensamientos; el arte es una creación humana para dar cauce a los laberintos de la vida interior del ser humano y un medio de reflejar el mundo exterior. Y por eso hicieron la película, por el puro gusto de hacer lo que más disfrutan en la vida y para expresar su particular modo de contar experiencias. No trataron de complacer a nadie. Y su obra fue bien recibida.

Karla se emociona también al relatar el pequeño milagro que ha sucedido con Jacinta: “Es mi primer corto; participo por primera vez en un Festival y mi primer premio que recibo”. Afortunada y merecida primera vez. El talento y el tesón de dos años fueron reconocidos de buenas a primeras. Sin duda, algo de suerte; pero sobre todo, ingenio, trabajo y constancia.

En Guadalajara hubiera sido imposible hacer Jacinta. Se vinieron al Teul porque es la tierra del papá de Karla, David Castañeda (y por tanto, también el Teul es tierra de ella) y porque aquí hay paz, tranquilidad, alejamiento de muchas distracciones y seguridad. ¡Qué esperanzas que pudieran salir de su estudio a las dos la mañana en la ciudad de México! Aquí en el Teul estuvo seguro todo el equipo de realización de la película. Y diariamente se daban el descanso de pasear una hora en bicicleta, para relajar tensiones, para oxigenar el organismo, para que circulara la sangre y para gozar la vista del pueblo y sus alrededores.

Además, en algunas personas del pueblo encontraron inspiración para hacer los personajes. Por ejemplo, el fotógrafo les dijo que el cabello de Jacinta no parecía real, más bien eran unos pelos puestos con pegamento y por eso había que peinarla de otra manera. Y probaron varios cambios, sin que ninguno diera resultado. Hasta un día en que Karla salió a la tienda, vio a una señora con su peinado bien arreglado y de ahí salió la idea para acomodarle el cabello a Jacinta como finalmente quedó, al gusto de todo el equipo de producción.

El XXIII Festival Internacional de Cine en Guadalajara fue el primero de los festivales que va a visitar Jacinta. También se va a Morelia, Oaxaca. Acapulco, Monterrey. Más los que se acumulen.

La escasez de apoyos, lo raquítico de los presupuestos, la incomprensión de algunos allegados y lo limitado de las oportunidades, no son impedimentos para Karla y Luis. El cine es una razón para vivir y ellos se entregan con entusiasmo a su vocación, la vocación de contar vivencias a través del cine.

La primera vez que se quemó El Judas

Don Silverio González Romero tiene 85 años. Conserva el entusiasmo de la juventud. A las seis de la mañana va a ver sus vacas. Anda a pie, ayudado de un bastón, con paso corto, nervioso, apurado. Por las tardes no falla a la plática con sus amigos del barrio: don Lupe, don Ruperto y don Ignacio. La tertulia sucede en el cruce de las calles del camino al camposanto y la calle Obregón, la del asilo, que luego se convierte en carretera. Siéntese. Vamos platicando. Le voy a contar cómo fue la primera vez que hubo Judas en este pueblo. Y empieza la plática de don Silverio.

Fue Manuel Tovar el de la idea. Me dijo: “Vamos haciendo un Judas. En otros lugares lo hacen. Es un recuerdo de aquel apóstol de Jesucristo que lo vendió por treinta monedas y luego se ahorcó de arrepentimiento. Acaba la cuaresma y la gente tiene ganas de diversión. ¿Qué, te animas?, no liace que nos metan al bote”. Pos juega. Y decidimos hacer el Judas, de zacate, fue lo que se nos ocurrió.

Nos fuimos él y yo al llano. A juntar zacate, de ese grande. Y trajimos dos buenos tercios. Veníamos entrando al pueblo, y pasamos por la casa de Jesús de León, La Chispa, y nos preguntó que qué andábamos haciendo. Y le contamos. “Hombre, yo les ayudo”. Compramos papel de color, creo que rojo. Su mujer nos preparó un atole de harina pegostioso y nos pusimos a hacer el muñeco en la casa de Manuel. Le figuramos la piernas, los brazos, las manos, el cuello, la cabeza; bueno, todo. Con el papel le hicimos pantalones, camisa, zapatos y un sombrero.

Cuando lo teníamos nos vino a ver Ángel Ávila y nos preguntó por nuestras intenciones. Le dijimos que queríamos quemar al Judas para hacer fiesta. “Vamos haciendo más grande la cosa. Si gustan, yo y mis músicos ponemos la música, y hacemos un convite. Antes de quemarlo, tienen que hacer borlote primero”, fue la opinión de Ángel.

- Pero no tenemos dinero.

- Para que haya fiesta sólo se ocupa alegría. No se apuren por el dinero. Tocamos gratis.

Para el sábado de gloria de ese año todo estaba listo. Sacamos el Judas a la calle, enfrente de la casa de Manuel Tovar. Colgamos el mono en un palo, bien amarrado. Del palo salían bien las dos puntas, de modo que dos muchachos lo fueran cargando en el hombro. Afuera ya estaba la bola de chiquillos esperando la novedad. La música ya estaba tocando.

Y empezó el convite. Nos fuimos caminando toda la calle, derecho, rumbo a la Plaza de Abajo. En la esquina de la plaza doblamos para arriba y enfrente del negocio de Concha Rivas entramos a la plaza. Cuando llegamos, ya había personas todo alrededor. No sé como se enteraron, pero había mucha gente. Bien decía Manuel Tovar que la gente tiene ganas de fiesta.

El chiste duró poco, nomás le prendimos fuego y aquel pajonal vestido de Judas, se volvió una bola de lumbre, que se iba desbaratando poco a poco. Al poco rato, el muñeco se había vuelto puras cenizas. Fue la primera vez que se quemó el Judas aquí en el pueblo.

Para el año siguiente, otra vez platicamos Manuel Tovar y yo. “Ahora más en serio. Que sea de pólvora. Si falta dinero, tú y yo ponemos cada quien la mitad”, me dijo. Con tiempo, fuimos a hablar con el presidente, que no me acuerdo muy bien, pero creo que era Nicandro Rivas. Le informamos de nuestro plan. Le dijimos que ahora el Judas fuera distinto. En lugar de zacate, ahora sería de pólvora, y que también lo acompañaría un torito, para que se metiera entre la gente soltando buscapiés y aventando al cielo luces de colores. Y que también se leería el testamento, unos versos satíricos donde se mencionaran a gentes del pueblo, haciéndoles ver sus defectos, o recordando hechos interesantes, o cosas por el estilo.

Al presidente le pareció bien nuestra idea. Nos dijo que buscáramos cooperación entre los vecinos. Y si veía interés nuestro y el de la gente, él pondría lo que hiciera falta para completar los gastos.

Comenzamos a pedir cooperación. Fuimos a las casas y pasamos por todos los comercios. Unos daban un cinco, otros un veinte, un tostón, un peso. Había quien no daba nada; nomás un retrete de palabras. Cantidad que recibíamos, cantidad que apuntábamos en un papel. Llevábamos cuentas exactas. Al final, el dinero que teníamos guardado debía de coincidir con la lista que teníamos en el papel.

Fuimos a Tlaltenango a comprar el Judas, el torito y unos cuetes de luces de colores. Todo eso costaba setecientos pesos.

Y para el testamento se nos ocurrió que teníamos que comprar unas hojas de papel, del mismo dinero que nos habían dado, y las fuimos repartiendo en los cuatro barrios. Las dejábamos en casas donde había gente que podía tener habilidades para componer. Luego, a esa casa acudían vecinos, y entre todos iban sacando los versos del testamento.

Más tarde pasábamos a recoger las hojas y se las llevábamos al presidente para que las leyera y nos dijera qué versos pasaban y cuáles no.

- Este no, porque es muy lépero.

- Este tampoco, porque se meten en lo que no les importa.

- Este otro es puro chisme, y están inventando lo que no.

La revisión que hacía el presidente era una manera de proteger la moral, el orden y las buenas costumbres. Que para eso estaba. Y con gusto leía los versos y también nos ayudaba con el dinero que hacía falta.

Ya para leer el testamento, se nos acercó José Carmen Hipólito, El Chis Garaviz. Que si queríamos él nos ayudaba a leer los versos. Con eso, ya estaba todo listo para abrir la gloria, el sábado de la Semana Santa.

El testamento se leía de la tienda que era de un señor de Florencia, Pedro Correa, que luego se la traspasó a otro de allá mismo, Felipe Berumen. En la parte de atrás de la tienda, dando para la Plaza de Abajo, ahí se metía Carmen Hipólito, y desde una ventana que daba a la calle iba leyendo la herencia del Judas a los teulenses. Le hacía como todo un actor. Haga de cuenta que era cierto. Fingía la voz, la prolongaba, se quejaba. Muy bien representado. Era muy bueno para hacerle al teatro.

A la gente le gustaba mucho el testamento. Había varias personas con mucho arte para componer versos. Eran buenas ocurrencias. Versos con rima ingeniosos, con sorna, burlándose de cosas que eran ciertas. Y como eran de personas conocidas, pues más en gracia caían.

Luego el torito se metía entre la gente y corredero. Aunque daban miedo los buscapiés, la gente de todos modos no se iba. Les gusta el peligro. Todos se ríen cuando un buscapiés hace bailar a un chiquillo o a un señor. ¡No se diga cuando se mete entre las faldas de una mujer! Aquello era una buena diversión.

Como El Judas ya era de pólvora, pues tenía otra emoción la fiesta. Si el de zacate había gustado, contimás éste que tenía más un porte de verse. El testamento, las luces que brincan y revientan en el cielo estrellado, los rehiletes, los buscapiés que se escapan, los truenos. Todo eso nos gustaba mucho. Le gozábamos a la fiesta.

Igual que el primer año, Ángel Ávila volvió a ofrecerse, sin cobrar un cinco, para acompañar al Judas desde el convite. La música alegraba poquito más el ambiente.

Lo mismo Las Campos que empezaron a ayudarnos con ocote, una brazada de este tamaño. La sacábamos a la calle y ahí mismo, frente a su tienda, la partíamos, y a cada chiquillo y a cada persona que quisiera, le regalábamos una astilla para que la prendiera y hacer más llamativo el convite. La calle se llenaba de música y de gente caminando con un tizón en la mano. Y El Judas por delante, encabezando su entierro.

Y así le hicimos cosa de diez años, que yo sepa, los primeros en que hubo Judas, por lo menos en lo que yo me acuerdo. Manuel Tovar y yo éramos los encargados. No le digo que poníamos de nuestra bolsa. La gente era muy cooperadora. Y así nació El Judas. Con la voluntad del pueblo.

(HAG)

8 de marzo Día Internacional de la Mujer

MA. ESTHER CISNEROS VILLEGAS

 

Vaya para todas y cada una de las Mujeres de esta región, una cordial y atenta felicitación en este día señalado tan merecidamente a la MUJER. La mujer ha sido fuente de inspiración y ternura en todos los tiempos, se han dirigido a ella con amor los poetas, los escritores, los artistas etc. Solo los machistas muy recalcitrantes o misóginos, se expresan de manera diferente.

Tagore dijo: “Te alabo, mujer, porque con una mirada puedes robar al arpa toda su riqueza melodiosa, y ni siquiera escuchas sus canciones.

Te adoro porque, pudiendo humillar las cabezas más altivas del mundo, amas a todos los desconocidos de la tierra.

Me conmueves porque esos brazos, cuya hermosura diera gloria a  un rey, son los esclavos diarios de tu hogar humilde”.

La Mujer sufre todo lo que puede sufrir, con paciencia  y ama todo lo que puede amar con dulzura.

Dios ha dado a la mujer una gran vocación y a la madre un poder más grande que todos los poderes.

La mujer cuando concibe un hijo participa de algún modo del poder generador de Dios. El modo como ella mira a un niño cuando sale de su seno es algo divino.

Cuando  toma a su niño de la mano para encaminarlo por la vida y la libertad, imita al creador. Cuando espera que vuelva a casa, cuando deplora su lejanía, cuando le enjuga las lágrimas, cuando lo deposita en la tumba, tiene en su mirada y en su actitud, la mirada y la actitud divina. Sí, la Mujer es verdaderamente privilegiada y tiene en sí una excelente vocación que deriva de su misma naturaleza, SER  MUJER.

Soy mujer y me siento muy dichosa y orgullosa de serlo, sé que el DIF municipal ofreció un convivio, una lectura y no sé que más ese día para homenajear a las mujeres, muchas no fuimos requeridas, ojalá en otra ocasión.

VISITAMOS GRUPOS DE MUJERES para preguntar cómo se pasaron su día.

En el DIF el Taller de Corte y Confección que dirige la muy amable maestra Paulita Gutiérrez Magallanes con un grupo de 9 alumnas, mujeres dedicadas y empeñosas con el deseo de aprender y poner sus conocimientos al servicio de la comunidad, me explicaron que tienen sólo 2 horas por semana de clase  desde el 5 de noviembre que es poco el tiempo para lo que tienen que hacer, con tan sólo 2 máquinas en servicio, de 6 que existen, pero muy entusiasmadas.

 

También visité el Taller de Manualidades bajo la dirección de la maestra Claudia Rocha Jiménez, con un grupo numeroso, me informaron que son 25 alumnas, están elaborando varios objetos, como bomboneras, canastos, adornos de pared, jarrones, flores etc. Detalles para embellecer la casa, el grupo, dinámico con entusiasmo y alegría cual mujer trabajando para su hogar.

Benditas mujeres y enhorabuena la designación del DÍA DE LA MUJER.

 

Incendios, rapamontes y depredadores

■ Siguen causando estragos en los últimos bosques de la región

 

LA REDACCIÓN

 

En la segunda semana de marzo, un grupo de personas, dos mujeres y cuatro hombres pertenecientes a dos conocidas familias del vecino municipio de Benito Juárez, ha estado en la oficina de redacción de Domingo 7. Motivos: publicar una noticia y denunciar que se está  cometiendo uno de los más criminales ecocidios en los últimos bosques de la región.

Platicamos con ellos, los sentimos inquietos, la preocupación se ve en sus rostros. Según cuentan, desde hace varias semanas, un día sí y otro también, transitan por la carretera que viene al Teul camiones a veces trotón, y a veces trailers quinta rueda, cargados de corpulentos troncos de pino-encino. Relatan se trata de tramos enormes, de una braza en redondo, todos árboles jóvenes y recién cortados pues todavía les mira resumando savia.

No sabían de donde procedía esta madero pero coincidimos, sólo puede provenir del triángulo geográfico donde se juntan los estados de Jalisco, Nayarit y Zacatecas, donde se localiza importante zona boscosa, si bien ya muy depredada en la parte del Teul, B. Juárez y la Yesca.

Les prometimos averiguar la situación y publicar la noticia. Un día más tarde nos trasladamos a B. Juárez y casi al medio día apareció un camión thorton, y le seguimos hasta el Teul. Efectivamente iba cargado de troncos enormes, estribados a lo largo, pero sobresaliendo un metro de la plataforma y otro tanto sobre el techo de la cabina. Era madera bruta, de corte perfecto y hecho por gentes expertas en el manejo de la motosierra, troncos cuidadosamente escogidos y recién cortados.

Se menciona lo anterior por esto: Las Instituciones encargadas del manejo forestal (antes la Sagarpa y ahora la Profepa) cuando autorizan un permiso, mandan un técnico (generalmente un agrónomo) que se encarga de diagnosticar el estado del bosque, y marca los árboles que sí se pueden cortar (los muy maduros o decrépitos, los emplagados o muertos). Sin embargo, habitualmente quien busca concesión para explotar un bosque, le interesa la buena madera y regatea; y por supuesto que con una buena mochada (en billetes) los funcionarios (por lo menos algunos) se hacen de la vista gorda.

Tal vez el peso estaba cuidadosamente calculado, pero nos pareció que el camión venía sobrecargado. En la extensa bajada de esta carretera le vimos rodar con lentitud y escuchamos que el motor ronroneaba con dificultad. Pensamos que el chofer venía estresado, fatigado de tanto meter freno y embrague. Imaginamos que en todo el tramo el Teul, no le pudo cerrar. No lo quisimos detener porque sentimos que no sería de su agrado sospechar que le veníamos faldeando, y creíamos nos podía rayar el disco.

Siete días más tarde el ingeniero Daniel Rivas, agrónomo y colaborador de este papiro, logró detener un trailer cargado de madera como la descrita pero en troncos de mayor longitud. El conductor le informó que este material  provenía de la comunidad ejidal de Tepizoac, en el municipio de Chimaltitan, lo cual es de creer porque es la única del triángulo citado que tiene una terraceria por la cual puedan transitar trailers; la madera según él iba destinada a Ciudad Guzmán, Jalisco, cerca de la costa; omitió el nombre del concesionario, no dijo cuál era la superficie que había sido talada, pero agregó que ya estaban por terminar. Tepizoac es una comunidad caxcana aunque ya no se habla el náhuatl.

Tienen toda la razón de quejarse estos vecinos de B. Juárez. Tepizoac es parte del último bosque que queda pues entre los dos cañones Juchipila y Tlaltenango, casi hasta Bolaños, esta región se ha convertido en un semidesierto. La sierra de Pinos Cuates que según “La gente de más antes” fue un bosque tupido y frondoso, fue talado de manera inmisericorde entre 1940 y 1960 cuando “La revolución se bajo del caballo” y gobernaban Zacatecas, Leobardo Reynoso y Minero Roque. Los comuneros de la Sierra de Morones, Cicacalco y San Pedro Ocotlan, también de ascendencia Caxcana de entonces se les comenzó a aplicar el mote de revoltosos y levantados.

En la década de los 70 los políticos de Luis Echeverría miembros de la famosa familia Zuno resultaron tan bárbaros como “los hunos de Atila”  y talaron parte de la inmensa zona boscosa que iba de Hacienda de Guadalupe Victoria (Zacatecas) hasta Tequila.

En la misma época, el gobernador Rodríguez Elías y su funcionario llamado Moctezuma Meza construyeron la terraceria que iba de B. Juárez y arreglaron las brechas con la  finalidad, no de comunicar a los vecinos sino para sacar la madera del ejido “Las azucenas” que pertenece a Milpillas. Esta explotación duró varios años, los concesionarios construyeron un bien maquinizado aserradero y levantaron un pueblo de madera que era cosa de ver. No obstante, cuando el bosque comenzó a mermar, sacaron toda la maquinaria, desensamblaron las casas y se fueron de manera subrepticia sin indemnizar a los comuneros por su bosque. Dejaron, eso sí, un cerro con trozos de desecho, viruta y aserrín, tan grande como el del Teul.

En los últimos 25 años la tala inmoderada no ha parado, y esto se ha visto favorecido por la ley salinista que permite a los campesinos vender e hipotecar sus tierras. Tepizoac es el último bosque de la región, pero con igual seña los talamontes han seguido depredando los pequeños lunares boscosos de pino azul (lo que queda de Pinos Cuates) en los Trigos, Alamitos, Las Tablas, El Tablero, Apozol y algunos lugares de Juchipila.

 

 

¿Qué es vivir en paz?

 

JAVIER VARELA

 

El 24 de octubre de 2007, Ingrid Betancourt (excandidata a la presidencia de la República), escribía a su madre desde algún rincón oscuro de la selva colombiana, donde desde febrero de 2002 permanece secuestrada por las FARC:

“En Colombia tenemos que pensar de dónde venimos, quiénes somos y a dónde queremos ir. Yo aspiro a que algún día tengamos esa sed de grandeza que hace surgir a los pueblos de la nada hacia el sol. Cuando seamos incondicionales ante la defensa de la vida y de la libertad de los nuestros, es decir, cuando seamos menos individualistas y más solidarios, menos indiferentes y más comprometidos, menos intolerantes y más compasivos, entonces ese día seremos la nación grande que todos quisiéramos que fuéramos. Esta grandeza está ahí dormidita en los corazones. Pero los corazones se han endurecido y pesan tanto que no permiten sentimientos elevados” (Proceso, Nº 1641, 13 de abril de 2008).

Colombia vive en medio del infierno de la guerra. La violencia se da entre narcotraficantes, paramilitares, guerrilleros y aparatos del Estado. Ingrid Betancourt, desde su cautiverio, sueña con un país en paz. Y en el párrafo antes escrito se puede leer qué tipo de paz es la que ella quiere. Una paz activa, donde la violencia deje su lugar a la conciencia, a la solidaridad, a la comprensión entre las personas, a la defensa de la libertad humana.

Hubo un tiempo en que nos ufanábamos de vivir en paz. Pero en México hay sucesos que dejan ver que algo está mal. La inseguridad, la violencia del narcotráfico, la polarización social, las campañas de odio de la ultraderecha amenazan la paz de los mexicanos.

Dejémonos cuestionar por la realidad: ¿Qué es la paz para cada uno de nosotros? ¿La ausencia de conflicto? ¿Guardar las apariencias de que todo está bien? ¿Quedarnos en nuestra casa mientras afuera el mundo estalla en corrupción, contaminación, exclusión social de niños, jóvenes, ancianos y mujeres?

En la reflexión sobre derechos humanos se reconocen tres tipos de paz. El primero, paz mínima, es la ausencia de guerra, falta de conflictos abiertos, guerra fría, guerra nunca declarada, pero en marcha. Los problemas y los conflictos están presentes, pero se les ignora. Cuesta trabajar mantener esta paz mínima: la desconfianza rige las relaciones entre las personas, envidias, gastos para no dejarse aventajar, carrera armamentista. Aquí se desperdicia mucho dinero y energías que podrían dedicarse para enfrentar el desempleo, la pobreza, la ignorancia, la tristeza, el egoísmo.

El segundo tipo de paz se puede llamar intimista o sacatona. Se da esta paz cuando la gente evade la lucha por las cosas valiosas, y se encierra en sí misma para tratar de evitar problemas. En este caso, las personas prefieren quedarse calladas ante lo injusto; prefieren evitarse dolores de cabeza, en lugar de actuar y hacer algo para cambiar las realidades que no están bien. En la paz sacatona quien tiene alguna posición de autoridad quiere evadir los problemas y los conflictos, y hace hasta lo imposible para limitar las iniciativas y el pensamiento de quienes piensan diferente.

La paz óptima es el tercer tipo. Se da cuando se reduce a niveles mínimos la violencia en el trato personal y la violencia que ejercen las instituciones y los sistemas de poder. Hay paz óptima cuando los seres humanos tenemos posibilidad de resolver plenamente nuestras necesidades materiales, emocionales y espirituales. En la paz óptima no se niega el conflicto (tomando en cuenta que el choque de intereses y de visiones es inevitable), sino más bien, el conflicto se acepta, se enfrenta sin violencia, con respeto y de manera razonable, hasta llegar a soluciones humanas. Para lograr la paz óptima se lucha por alcanzar situaciones de justicia y de bien para todos, mediante la cooperación, la solidaridad, el respeto a los derechos humanos.

La paz nunca será resultado de la apatía o la prudencia cobarde. ¿Qué tipo de ciudadanos somos si permanecemos encerrados en los pequeños placeres de llevar una vida dedicada a asuntos personales y familiares? ¿Cuándo daremos importancia a los asuntos que tienen que ver con el bien de la comunidad? ¿Cuándo dejaremos de hacer cálculos mezquinos (algo propio de corazones endurecidos) de ver sólo por nuestro interés personal o partidista? ¿A dónde llegaremos con actitudes así de egoístas?

La grandeza está guardada en los corazones, esperando ser despertada por deseos de salir de nuestro encierro calculador. ¿Por qué no dejar llevarse por las ganas de unirse a los demás para hacer de nuestra realidad un espacio más amable, alegre y digno?

 

Tenemos en nuestras manos la posibilidad de construir un mundo diferente: Paco Ignacio Taibo II

 

Al recibir el premio Narrativa Colima 2007, que otorgan cada año el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y la Universidad de Colima para obra publicada, el escritor Paco Ignacio Taibo II afirmó que es mentira "el rumor" de que en México sólo triunfan los políticos corruptos y los narcos.

Dijo a los jóvenes: "Ni están ustedes condenados a ser empujadores de carritos en un supermercado, ni están condenados a vivir en un país en el cual tenemos un presidente impuesto por medio de un fraude electoral; somos ciudadanos de uno de los países más maravillosos del planeta y merecemos destinos diferentes a los destinos de la apatía, la conformidad, la rutina, la explotación y el miedo”.

"Tenemos en nuestras manos –añadió-- la posibilidad de construir un mundo diferente, y la literatura es uno de los caminos de construcción de pensamiento utópico, de pensamiento crítico, es uno de los espacios de libertad. Cuando los tiempos se oscurecen, como nos sucede en estos momentos en México, siempre te puedes esconder debajo de las sábanas y, con una linterna metida en la boca para que nadie se dé cuenta, ponerte a leer".

Paco Ignacio Taibo II recibió el premio Narrativa Colima 2007 por su libro Pancho Villa. Una biografía narrativa, que de acuerdo con el jurado es una obra "excepcionalmente documentada, con una narrativa inusitada en el género y que revela facetas fundamentales e inéditas de un personaje clave en el México moderno".


Fuente: http://www.proceso.com.mx/noticia.html?sec=7&nta=55591&nsec=Cultura+y+Espect%E1culos

(Consulta: 4 de diciembre de 2007)

Bautizo de Rigo III

 

MA. ESTHER CISNEROS VILLEGAS

 

El 6 de enero del presente se celebró el sacramento del bautismo en el templo de San Juan Bautista del Teul para tres hermosos bebés, dignándose llevar a cabo tan importante acto el sacerdote Raúl Armando Ureña Ávila. Recibió el sacramento Rigo III, hijo de la joven pareja formada por Rigoberto Rivas Pinto y Yessenia Godoy de Rivas. Sus padrinos, Abraham Campos y Valentina Jiménez de Campos. La recepción de los invitados para el festejo fue en una de las bodegas de los abuelos paternos, el conocido matrimonio de Rigoberto Rivas Luna y Adelita Pinto de Rivas.

Sarahi Esbeidy cumple 15 años

LA REDACCIÓN

 

El pasado sábado 19 de enero de este año, festejaron los 15 años de Sarahi Esbeidy Cortés Pérez, con una ceremonia religiosa y con un convivio familiar. Estuvo acompañada de su papá, Osvaldo Cortés Rivas, de su mamá, María Luisa Pérez Serrano, así como de sus dos hermanos, y demás familiares y amigos que radican en el Teul y en otras partes del país.

El señor cura Adolfo de la Cruz presidió la ceremonia religiosa en donde dijo a Sarahi que agradeciera a Dios porque le permitió llegar a esa edad tan anhelada por las jovencitas, así como también a sus padres por haberle festejado de manera sencilla sus 15 años.

Durante el convivio compartió una rica birria con todos sus invitados, así como el pastel que fue preparado especialmente para la ocasión. Después vino el vals que bailó Esbeidy con su papá, abuelito, tíos, primos y su chambelán, Manuel de Jesús Pérez. El baile estuvo animado por música en vivo que disfrutaron todos los asistentes a la fiesta.

De este modo fue presentada en sociedad la jovencita Sarahi Esbeidy, quien a sus 15 años abre el corazón a la primavera de la vida. La alegría y el gozo de esta fiesta irán prendidas a su memoria, siempre. Cumplir 15 años es inaugurar la juventud, el inicio de un camino para descubrir una causa a la cual dedicar la propia vida. Que esta fiesta sea un recordatorio para Sarahi que la mejor vida es aquella que está alumbrada por ideales.