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Domingo7

El Ayuntamiento se encierra para tratar asuntos que pertenecen a la población

■ El presidente municipal no quería público y aprovechó para regañar a los regidores que participan en Domingo 7

En la reunión del 17 de enero se habló del plan municipal de desarrollo, del informe del contralor, de la respuesta a los vecinos que se oponen a que la antena de telefonía celular se instale en el centro. ¿Para eso quería una sesión privada?

La tesorería pagó “por error” un recibo de teléfono de la casa del presidente municipal. El 16 de noviembre; por 985 pesos.

 

LA REDACCIÓN

 

El jueves 17 de enero de 2008, Enrique Larios, presidente municipal del Teul, y los regidores perredistas, cerraron las puertas a la ciudadanía y a Domingo 7 para reunirse en privado, una junta a escondidas para tratar asuntos que interesan a la comunidad. El presidente dio este argumento: “Me dijeron que yo tengo la facultad para convocar a sesiones privadas”. ¿Para qué tanto secreto para hablar de temas que debe conocer la gente? ¿Por qué encerrarse para aprobar el plan municipal de desarrollo y conocer el informe del contralor? ¿Por qué encerrarse para dar respuesta a los vecinos que no quieren cerca la antena de telefonía celular? ¿Para qué dar la espalda al pueblo? ¿Por qué regañar a los regidores que participan en un periódico libre, independiente, que dice la verdad y que sólo busca informar y reflexionar? ¿Por qué tratar de impedir que Domingo 7 publique los hechos y palabras de la gente del ayuntamiento? ¿Por qué querer frenar que la gente del municipio se informe? ¿Por qué tanta cerrazón y tanta intolerancia? Ojalá el presidente municipal pudiera responder.

La reunión empezó a las 10 de la mañana con 15 minutos. El ayuntamiento, por mayoría de los votos perredistas, declaró la sesión privada. Sin razones suficientes ni motivos graves. A base de pura arbitrariedad. Como los gobiernos déspotas que no quieren dar cuenta de lo que hacen y que ocultan los resultados de sus actos.

Apenas empezó a explicar el plan municipal de desarrollo, el presidente municipal, Enrique Larios, explotó contra Domingo 7. Dijo que no estaba de acuerdo con la actitud de la reunión anterior, que le molestó mucho que no se haya respetado su orden de hacer una reunión privada. Comentó que le llamaron la atención en Zacatecas y también le preguntaron si era cierto todo lo que informaba el periódico local. También afirmó que no sabe la tendencia de Domingo 7, aunque siente que este periódico realiza ataques directos hacia su persona. En este periódico, aseguró el presidente, hay muchas difamaciones que denigran el trabajo del ayuntamiento, además de que es una falta de respeto a su autoridad y a su persona. “Están dividiendo a la gente… No sé que tipo de alianza hay entre partidos”.

También el presidente municipal aprovechó para deslizar amenazas disimuladas contra los regidores que forman parte del equipo que hace Domingo 7. Les dijo que ese periódico lo manda a Zacatecas, donde está siendo analizado en la secretaría de gobierno del estado; también lo va a remitir a la auditoría y a la contraloría porque la información que publica el periódico sólo la deben conocer en esas instancias. “Hablé con algunos miembros del PRI para saber si había línea del partido”. El periódico no tiene registro oficial. Pidió que den la cara los que escriben. ¿Quién es Juan Arciniega? ¿Quién es Javier Varela?

Aseguró el presidente municipal que las reuniones seguirán siendo privadas para que los miembros del cabildo se hagan responsables de la información que ahí se maneja. “Tú, profesor (dirigiéndose a Luis Humberto Cortés), has pedido información sobre las nóminas y si se publica, ya sabemos quien la facilitó. “Es necesario que los regidores que participan en el periódico fijen su postura”.

Más tarde en otro tema, sin venir al caso, el presidente volvió a retomar su molestia contra Domingo 7: “¿Por qué lo positivo no sale? ¿Qué tinte se le está dando al periódico? Es necesario que alguien se responsabilice de la información que publica el periódico. Que los regidores que participan en el periódico se hagan responsables de la información que se vierte en las reuniones de cabildo. “Mi único reclamo es la forma que se le está dando a la información”.

Estas palabras de Enrique Larios intentan crear dudas, temores, desánimo. Fueron dichas para decir que le molesta el periódico, que se cuiden de los efectos legales por andar publicando información. Que los del periódico se anden con precaución, porque las autoridades estatales están estudiando lo que procede. Palabras dichas para amenazar. Para que el periódico deje de informar.

Acto seguido se aprobó el plan municipal de desarrollo. Ahí se habla que el gobierno municipal será guiado por la transparencia y rendición de cuentas, por el respeto a los derechos humanos, por los valores democráticos, por la participación ciudadana, por la tolerancia, por darle al pueblo información actual sobre el quehacer del gobierno, por cero de corrupción. El gobierno actual tendrá por directrices, entre otros valores, la comunicación gobierno-sociedad y la atención pronta y expedita a las quejas ciudadanas.

Todo lo anterior es un listado de buenas intenciones; letras armadas por encargo en un escritorio de Zacatecas, pero que en el Teul no hay ni la voluntad ni la capacidad para hacerlas cumplir. Por lo menos han sido letra muerta en estos primeros cuatro meses de la actual administración. Pero como bien lo dijo Enrique Larios en su regaño a los regidores: “Estamos ante una situación que podemos corregir”. Sólo que de él depende. Sólo necesita ganas de dialogar y habilidad para lograr acuerdos.

Llegó el turno al informe del contralor, Ezequiel Berumen Ávila. El presidente se opuso a que se discutiera el contenido del informe. Alegó que era información que sólo competía analizar a la contraloría. A regañadientes aceptó que se leyera el informe del contralor, pero con la condición que no se discutiera.

La regidora Claudia Rojas le pidió: “Vamos analizando los puntos del informe, las observaciones del contralor, para ver que podemos sacar de provecho y para corregir anomalías”. El presidente se negó. Que si había preguntas o puntos por aclarar, que luego se dirigieran con el contralor.

Los puntos que informó el contralor y que quedaron sin discusión fueron, entre otros, el exceso de personal en obras públicas; el pago que hizo la tesorería municipal el 16 de noviembre de 2007, por 985 pesos, por concepto del teléfono de la casa de Enrique Larios; la nómina elevada; el pago excesivo que se hace al personal del instituto de cultura, “cuando ni siquiera horario cumplen”; el gasto desordenado en combustible; el descontrol administrativo en agua potable y la observación de que se gastó el préstamo autorizado por el ayuntamiento, pero en fines distintos a lo aprobado.

En relación con el recibo de teléfono de la casa de Enrique Larios, el presidente informó que la tesorería lo pagó por error, pero que ya había reintegrado el dinero. Sin embargo, quedó sin responder la pregunta anotada en el informe del contralor: ¿Cómo llegó ese recibo a la oficina de la tesorería y por qué se pagó?

Los regidores de oposición le preguntaban: ¿Cuándo vamos a analizar el informe del contralor? Y el presidente municipal no disfrazaba su molestia. El rostro y el cuello le temblaban. Un color cenizo le envolvía la cara. La tensión le endurecía las facciones. La molestia era evidente. Pero más visible, era su decisión de no abrirse a un diálogo honesto, abierto, claro.

El presidente municipal sólo se concretó a responder que el informe del contralor no fue ni ético ni profesional y que daría respuesta por escrito. Una regidora, en plan servil y con ánimo de quedar bien, intervino para afirmar que el informe tiende a denigrar el trabajo del presidente municipal”. El regidor del PAN, Juan Manuel Arellano, preguntó que si no se iba a analizar, ¿cuál era pues el objetivo de dicho informe?

En el informe del contralor apareció que se da gasolina a tres regidores, la mujer que viene de Milpillas y los de Hacienda de Guadalupe y Huitzila. La oposición cuestionó esta medida. Los regidores reciben 4 mil doscientos pesos, y se reúnen una sola vez al mes, ¿no alcanzarán a pagar su gasolina? Jorge Ruiz fue el primero en salir a la defensa: “Vienen de fuera, vienen haciendo gasto, es válido que se les de combustible. Los que viven en la cabecera ¿qué chiste? Propongo que si no están de acuerdo, el ayuntamiento de su dieta den para la gasolina de los de fuera”.

El también regidor de Milpillas, José Manuel Arellano, opinó que le parecía injusto que los regidores de fuera reciban para la gasolina, cuando el delegado de Milpillas ande pidiendo cooperación para el diesel de la máquina que anda raspando caminos. Le preguntaron que él cuanto recibía de gasolina y respondió que nada, “ni un solo quinto, y si me lo dieran no lo aceptaría, por dignidad, porque estoy recibiendo una dieta”. El punto fue votado, y la mayoría perredista, lidereada por Enrique Larios, votó a favor de dar gasolina a los regidores de fuera. Uno de los regidores comentó: “Ya ven por qué se escribe el periódico. Para que la gente se entere y alguien más nos escuche, ya que aquí hay sordera”.

El secretario de gobierno municipal, Cipriano Castañeda, informó que se tenía respuesta a los vecinos que se oponen a que se levante en el centro de la población la antena de telefonía celular y que se les iba a entregar copia de unos documentos donde se muestra que no hay problemas de salud.

Se informó que ya se resolvió el drenaje tapado de la clínica del IMSS. Y también se dio a conocer otra deuda heredada por la administración anterior: 375 mil pesos al Consejo Estatal de Seguridad Pública, por el establecimiento de la comandancia de policía, que pronto estará en funciones.

Como hasta el momento no se ha rendido ningún informe financiero de parte de la tesorería municipal, el regidor Luis Humberto Cortés pidió que dichos informes se sometan al conocimiento y análisis del ayuntamiento. El presidente municipal le contestó que están desajustados. Desde abril hasta agosto del año pasado no hay informe del anterior director de obras públicas, quien ya recibió apercibimiento de la auditoría y si no cumple se le fincarán responsabilidades. Por eso hay un retraso.

A las siete de la noche fue terminando la reunión secreta que empezó a las diez y cuarto de la mañana. Mucho ruido y pocas nueces. ¿Para qué se ocultan? ¿Y de quién?

 

 

 

 

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