Se puede triunfar, a pesar de todo
JESÚS GÓMEZ
La selección mexicana de futbol de playa obtuvo el segundo lugar en el mundial celebrado en Brasil el mes de noviembre pasado. Nadie confiaba en ellos. Llegaron al mundial sin presupuesto, sin planeación, con jugadores improvisados. Las casas de apuestas colocaban al equipo en último lugar, debajo de las Islas Salomón. Había equipos que contaban con jugadores experimentados, con 100 o 200 partidos oficiales de futbol de playa; mientras que algunos mexicanos apenas llevaban entre 10 y 20; y hubo quienes apenas jugaban por primera vez. Sin embargo, para sorpresa de todos, quedaron como subcampeones. ¿Por qué? ¿Qué lección nos deja la selección mexicana?
Un día antes de iniciar los juegos, el entrenador regañó a su equipo porque en lugar de concentrarse querían irse de compras. La llamada de atención estuvo fuerte. Les picó el amor propio.”Si quieren no jugamos. Pero yo voy a ir a los medios de comunicación a decirles que mis jugadores rompieron la concentración para irse de compras. Son unos mediocres. Por eso los han corrido de todos lados. Prefiero pelearme con todos ustedes, antes de quedar en último lugar. No tiene precio ponerse la playera de la selección nacional. Aquí no venimos por dinero; estamos por orgullo”.
Historia de una sorpresa
En su primer partido empató a cero con Rusia y le ganó en tiros de penales. Perdió contra Brasil 6-4 y en el último partido de la primera ronda ganó a Islas Salomón 6-3. Con ese inicio empezaron a llamar la atención los jugadores mexicanos.
En cuartos de final enfrentó a España, un equipo mejor entrenado y con mejores jugadores. Perdía el equipo de México 3-2, pero al final lograron ganar 5-4. Habían pasado a semifinales y nadie lo podría creer.
El pase a la final fue contra Uruguay, que era favorito. Contra todos los pronósticos empataron a dos goles en el tiempo reglamentario. En tiempos extras México anotó tres goles y Uruguay ninguno. Estaba en la final el patito feo del torneo.
La final fue contra Brasil, el anfitrión. Ahí sí ya nada pudieron hacer los mexicanos. Brasil ganó con un apabullante 8-2. Sin embargo, la selección mexicana ya había hecho historia: sin ninguna posibilidad, logró situarse en la final.
¿A qué se debió el éxito sorpresivo del equipo mexicano de futbol de playa? Si no entrenaron, si no tuvieron apoyo, si nunca tuvieron presupuesto para prepararse, si llegaron desmotivados al mundial, ¿cómo fue que lograron colarse hasta la final, en medio de equipos que sí contaban con todo lo que ellos carecían?
De último momento los jugadores mexicanos sacaron sus cualidades naturales y el orgullo de representar a su país. El regaño del entrenador fue una importante llamada de atención, que los hizo despertar. A falta de apoyo de los directivos, talento y coraje fueron sus únicas armas. Y con eso bastó.
Decisión es lo que nos hace falta a los mexicanos. Capacidades naturales las tenemos. Sólo se ocupa sacar la fuerza interior para cumplir nuestros objetivos. La selección mexicana de futbol de playa lo acaba de demostrar.
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