Detrá del rostro
Diana Ferrari
“Soy lo que quiero ser”
HUGO ÁVILA GÓMEZ
¿Por qué la mujer vive más años que el hombre? ¿Tenemos igualdad de trato hombres y mujeres? ¿Hay igualdad de oportunidades para ambos géneros? ¿En una sociedad desigual e injusta, habrá igualdad y justicia en las relaciones humanas? ¿Cómo hacer para que se forme una cultura de equidad, de respeto, de trato igualitario y sin discriminación y violencia? ¿Por qué tengo que ser como me mandan que sea? ¿Cuándo te va a enamorar de ti mismo?
Son preguntas que Diana hace a la gente. Preguntas que nos sacan de una manera cómoda de mirar. Preguntas que nos invitan a salir de sí mismos. A eso se dedica Diana, a preguntar. La educación es su apostolado. Y ella es una educadora que trabaja con alegría, por el puro placer de ser ella misma y de poder ayudar a que las personas activen sus energías interiores y descubran por sí mismas los caminos que las llevarán a ser mejores seres humanos.
Nació en Argentina, pero eligió vivir en México. Visitar nuestro país era un sueño que tenía desde niña. Y pudo cumplir su sueño cuando recibió una beca para estudiar en nuestro país. “En la república mexicana hay educadores buenísimos, muy buenos teóricos reconocidos en Argentina, pero desconocidos en México”. Tanto le gusta nuestro país que está en trámites su solicitud de hacerse mexicana por naturalización.
Ella dice de sí misma que vive la vida que ella quiere. Viaja de rait, trabaja en la educación porque le encanta. Asesora grupos de mujeres que recuperan su autoestima a través de la plática en sus grupos y de la reflexión sobre sí mismas y su realidad. “Mis metas son espirituales, tienen que ver con ser persona. Soy lo que quiero ser”.
Diana tiene el don de entusiasmar a los jóvenes. Se ha convertido en la conferencista más famosa que viene al Teul a hablar con los chicos y las chicas. Habla de las cuestiones que inquietan a la juventud, su palabra da en el clavo y sus propuestas van encaminados a que cada persona elija su propio camino, de manera consciente, responsable y libre. “No sean sonsos, vivan bien. Si se proponen algo y lo tienen como meta, lo logran. No busquen cosas materiales. No se sientan inferiores. Sí se puede ser feliz. Ustedes no sean por lo que llevan puesto, sean por lo de adentro. Sean dignos. Respétense. Tienen el derecho de decir que no”, dijo a la juventud teulense en la última plática que dio a los muchachos de la secundaria y la preparatoria.
Diana educa con una sonrisa constante, con una palabra directa y honesta, con preguntas que van al corazón de los problemas y con propuestas que sugieren un camino humano de realización. “El día que puedas entrar en contacto contigo mismo, ese día te vas a enamorar de ti mismo”. Y el que se enamora de sí mismo es como Diana: alegre, sincera, honesta, clara, tierna, fuerte, decidida, solidaria, sensible, luchona.
Diana: un testimonio de ser humano autorrealizado y que se preocupa por la suerte del mundo, sobre todo de ese lado del mundo que se ha llevado la peor parte: las mujeres y los jóvenes.
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