Editorial. Respuesta a la intolerancia y a la represión
El pasado 17 de enero el ayuntamiento del Teul sesionó de manera privada. La mayoría perredista se impuso sin ninguna razón. Impidieron que Domingo 7 y los ciudadanos estuvieran presentes para conocer como se debatía el plan municipal de desarrollo, el informe del contralor, la respuesta a los vecinos que se oponen que se construya en el centro del pueblo la antena de telefonía celular y otros asuntos generales. Pero sobre todo, en esa reunión el presidente municipal Enrique Larios se dedicó a tratar de intimidar a los regidores de oposición.
La táctica del presidente municipal es ahora presionar a quienes son críticos con su gestión. Dijo a los regidores de oposición que ellos son, en adelante, los únicos responsables de la información que se filtre a la prensa. Como si la información pública fuera propiedad de quien gobierna. Comentó que va a hablar con miembros distinguidos del PRI para saber si el partido está de acuerdo con la actitud contestona de sus regidores y si el partido respalda al periódico. Soltó un anticipo de amenaza al contralor: dijo que va a comunicar a la contraloría del estado que el contralor está participando en el periódico de oposición. En la misma semana de la reunión de cabildo, envió tres citatorios a Hugo Ávila Gómez, colaborador de Domingo 7. Sin ninguna base legal y sin ningún argumento lógico, le ordenó que se presentara en su despacho “para atender un asunto legal que le concierne”. El tercer citatorio decía que de no presentarse el lunes 21, se le obligaría a comparecer por medio de la fuerza pública.
Enrique Larios intenta mandar mensajes de intimidación a quienes supone encabezan el periódico. Porque lo dijo muy claro: a él lo que le molesta es el periódico Domingo 7. Esto quiere decir que a él lo que le preocupa es que el pueblo esté informado de manera veraz. Por eso no quería presencia de reporteros ni de ciudadanos, en una reunión donde se trataron asuntos de interés público. Por eso anunció, contra toda lógica y prudencia, que mientras el periódico siga siendo crítico con la autoridad municipal, las sesiones del ayuntamiento seguirán siendo privadas.
El ciudadano Enrique Larios supone que Domingo 7 sólo se propone atacar al presidente y estorbar el trabajo del ayuntamiento municipal. Al pensar así, juzga que el periódico depende de los partidos de oposición. Nada más alejado de la realidad.
Domingo 7 es un medio de comunicación, obra de ciudadanos libres que tienen un objetivo fundamental: servir a la comunidad teulense y servir a la región del sur de Zacatecas. El pueblo tiene el derecho a estar informado de lo que sucede. Y la libertad de expresión es uno de los pilares de la democracia. Este es el servicio que ofrece Domingo 7 a sus lectores: ayudar a que haya información verdadera, independiente, plural, que permita a los ciudadanos formarse un criterio con datos valiosos. Además, mediante el uso del derecho de la libertad de expresión, luchamos para que exista una sociedad que reclame sus derechos y para que el gobierno aprenda a respetar los derechos ciudadanos.
Quienes hacemos este periódico no tenemos otras intenciones. No tenemos el objetivo de tumbar a nadie, mucho menos tenemos el mal pensamiento de derribar a quienes no han podido levantarse. Al contrario, queremos construir un mejor municipio con información, con reflexión, con propuestas, con trabajo ciudadano, con compromiso con la verdad y con los ciudadanos de esta región.
Pensamos que el presidente está en un error cuando se niega a dialogar, cuando ignora propuestas ciudadanas, cuando se molesta con el periódico Domingo 7 y, sobre todo, cuando intenta reprimir a algunos compañeros de este medio de comunicación. Las autoridades municipales deben saber que nuestra lucha no es contra ellas, sino a favor de un mejor país, donde la gente esté bien informada, donde todo mundo tenga oportunidad de expresar su pensamiento y decir la palabra que denuncia la injusticia y la corrupción de sus gobernantes, para proponer alternativas que nos ayuden a salir de tantos problemas que vivimos los mexicanos.
Esa es la importante función social que cumple el periodismo independiente y honesto. Por eso decimos que nuestra única misión es servir a la sociedad. Y no es con cerrazón ni con represión de las autoridades como se trata a la gente que lucha por el derecho a la información y por la libertad de expresión.
Los que participamos en Domingo 7 tenemos la convicción de que nuestra causa es valiosa y necesaria. Tratamos de desempeñarla con la mayor responsabilidad y alegría de que somos capaces. Somos un grupo de personas con ideales y con acciones que ponen en marcha sus sueños. Un grupo así cuenta con un rumbo, con motivaciones, con aprecio del pueblo y con amigos que respaldan nuestras iniciativas. Un grupo así no debe ser tratado como lo hace el actual presidente municipal.
Seguiremos defendiendo nuestras ideas y nuestro derecho de participar para hacer posible una sociedad donde haya justicia, libertad, trabajo, educación, salud, respeto y esperanza para toda la población. Luchamos para que un día no haya gobernantes soberbios, autoritarios, insensibles, falsos y alejados de las necesidades de la gente. Es derecho nuestro y obligación de ellos. Y los derechos se exigen y las obligaciones se cumplen. Sólo así camina la humanidad.
Nos alegra ser parte activa de la marcha del mundo. Por eso nuestro corazón está en paz. Ojalá las autoridades civiles lo comprendan y tomen actitudes más humanas y sensatas. El bien de la comunidad es lo que está en juego.
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